Para muchos, la felicidad es algo abstracto como físico. Es interpretada de formas diferentes alrededor del mundo. Para algunos, la felicidad es obtener la plenitud de lo que la “sociedad” espera, para otros es simplemente sentirse bien consigo mismo. Pero, cuando nos preguntan ¿qué te hace feliz?… La contestación es más difícil que tomar un examen de la clase que nunca comprendiste.
En mi último viaje a República Dominicana, la palabra felicidad se mantuvo en mi cabeza hasta que llegué a Puerto Rico. Se mantuvo en mis viajes a la playa, cuando compartía con la familia, cuando degustaba un plato típico elaborado con mucho amor, cuando veía a los niños jugar en las calles… La veía manifestada en diferentes formas, colores y sabores. Desde que cantaba el gallo, los ciudadanos sentían la felicidad de estar con vida nuevamente. A otros, les llegaba mientras el sol bajaba su resplandeciente ardor, pero siempre hay uno del grupito que no obtienen la dicha de estar feliz, bueno así lo creen…
Ese viaje me hizo reflexionar y preguntarme qué era la felicidad. Para un joven lo era estar montado en su bicicleta con una funda de mantequilla en la boca para preparar el pan; para otros, era simplemente estar sentados bajo una ‘mata’ esperando que terminara el día. Pero la acción que más me impactó fue ver a mi hermana brindándole felicidad a un niño que vendía maníes en la calle. Un chiquillo que con apenas 8 años ya tenía un oficio “el vendedor de maníes”. Muchos se preguntarán, si la felicidad se manifiesta de tantas formas, ¿cómo podía un niño de 8 años en la calle y sin estudiar ser feliz?… En ese mismo instante recapacité y recordé todo lo que me han enseñado en la universidad, pero nada hacia sentido.
Luego de despedirnos del chiquillo y partir a casa, observé por el espejo a aquel inocente con una sonrisa en su rostro, otros niños alrededor de él felicitándolo y todos riendo en comparsa. Era la felicidad de que fuimos las primeras en comprarle una funda de maní. Ahí caí en cuenta. La felicidad es una ironía de la vida.
La felicidad es como una sombra. Cuando está obscuro no la podemos ver y puede ocasionar infelicidad entre aquellos que no rebuscan en los pequeños detalles. Para otros, se encuentra en un simple gesto; una sonrisa, un abrazo y una mirada. Tiene tantas interpretaciones, que cuando menos lo esperamos gritamos a los cuatro vientos: ¡Estoy feliz!
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Aileen R. Pujols Bernabel
Estudiante de Comunicación Social, Universidad del Este, Carolina. Sistema Ana G. Méndez
email: aileenpujols@hotmail.com
Notas www.clippings.me/users/aileenpujols98
CV Resumě Aileen R. PujolsBernabel
Aquí Aileen como presentadora y entrevistada en TV
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